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Prosa

 

 

I. Escribir
Escribir no hace daño a nadie, aquello no está en su esencia, leer en voz alta poesía de enrique lihn de jorge teillier no hace mal a nadie dicen algunas, aquello no está en su esencia, por eso yo les digo, el que canta poesía así, desalmado, como si se le fuera a acabar la vida el mundo, el amor, la calle, la moneda, la carta de tarot, a esos se les salva la vida cuando un par de colegas se hacen poetas de minutos y sobreviven a la estafadora realidad de los lugares comunes, de los lugares falsamente necesarios, de la mayoría de los lugares.

 

II. Transposición
Los inteligentes se hacen los estúpidos los estúpidos se hacen los inteligentes es como la vida cuando se torna azul y rojiza, como el atardecer de las calles antiguas, sigue con esta música saltando, como niño que llega al parque, música de músicas, andas dando vueltas entre grillos y vasos de vino , los amigos te encuentran cada vez mejor y tu sabes en el fondo de tu alma que mueres de a poco, que ya el error garrafal, la disonancia mayor, que ya ha sonado, que ahora la composición tiende al desarrollo, a la conclusión bella…, no es nada de lo que dices, no es ni verdad ni perdón ni olvido, son solamente, como tantas veces, meras marionetas de la hecatombe espiritual, de la catástrofe de las letras, de las ideas, de las almas…

 


III. Desdoblado
Mi cuerpo se dobla ocho, siete veces, tengo tus piernas, y tu, tengo tus brazos, y tu, el de allá, tengo tus pies y tu pecho, mi cabeza sigue intacta, por fin, pero sigo siendo una parte del mundo moderno, de la danza y de la gente
extraña, es un gran cuerpo el que toca mi espalda, apenas me alcanzo a divisar, a salir del agua y respirar con mis propios ojos, llevar un poco más allá el carro, actuar como si todo estuviera bien, normal, actuar
sorprendido cuando me encuentro con la verdad, mi pecho ansía una libertad que ya no puede esperar, y ya no me importa que me vean desnudo cantando, escribiendo, gritando que es verdad, que hay una posibilidad de encontrar el punto extraordinario de la pureza espiritual, de la divinidad material, de los cantos color madera, de la indulgencia del impostor, aaa cuantos impostores me he encontrado que han vaciado su vergüenza y su total absurdo como ningún hombre verdadero ha sido capaz de imaginar, benditos todos, esta canción es de las calles, de los ríos, de los árboles, de los besos, de las locuras, de los lápices, de los malditos, de los celebrados, los fracasados, de Carlos, Juan, María, Natalia, Alberto, Roberto, Joaquín, ya está de más decir, silencio ahora, al fin.


IV. Internación
Me interné en un asilo no por obligación social, del tipo que te hace decir lo que hay que decir y mejor guardarte lo que no hay que decir y que sin embargo sería lo perfectamente dicho, lo necesariamente dicho, lo dicho que salvó vidas una vez, lo contado por necesidad vital, como el agua, como cuando las personas se parecen más a ríos que a otra cosa y se transfiguran en naturaleza más que en otra cosa, en ese tiempo sagrado, inadvertido la mayoría de las veces, en ese tiempo sagrado me enamoro de todas las cosas y las personas dejan de parecer correctas y se hacen mayores, se hacen magnitud espacial en ese momento. Me gusta pensar en verdad verdad verdad, pero qué verdad, la verdad para obligar, la verdad, la verdad para guiar, la verdad, la verdad para transfigurar, la verdad, la verdad en la que nos pusimos de acuerdo para distinguir al dentro y fuera del juego, la verdad, verdad es que la verdad no me alcanzó de verdad y empecé a buscar en las sagradas mentiras sagradas, para ver si encontraba algo más de verdad en el espacio inútil y menospreciado de la mentira santa, y poco a poco fui alzando los brazos y me encontré con todo, y empecé un vuelo nocturno que se impulsaba con la mentira como combustible y se declaraba primero y último, inédito y lejano y sin embargo de una elegancia absoluta, visité a los grandes olvidados, a los grandes portadores de la mentira subterránea que viven en las cavernas en lo alto de las montañas donde se pueden ver, a lo lejos, casi como una pesada broma, algunas luces pequeñas que se confunden con el paisaje y esos, los fuegos cuidados. También viajé bajo la tierra, bajo la tierra y bajo el agua y así me fui haciendo de maneras placenteras y ocultas, a momentos me distraje observando los juegos de luz y sombra en el cielo y los juegos también del viento y el sol, de la paz y el silencio y la destrucción estruendosa, casi imposible de no atender, como se atiende a un niño con hambre, así fue como nos tomó a todos y nos devolvió de vuelta como la muerte solamente puede devolver, como la muerte solamente puede gigante convertirnos en niño hambriento pidiendo madre y padre, como río acercándose al verano cuando en las montañas los hielos empiezan a derretir y la nieve se hace escarcha y nos trae de vuelta, solamente como la muerte invernal puede hacerlo. Y de tanto volar me empecé a parecer más a los silencios que a los sonidos, me hice más recuerdo que presencia, y me pasé de un mundo a otro, sin visa ni permiso de nadie más que de mi propio mismo, que me observaba con ternura maternal. Todo esto lo pudo la mentira, todo esto lo puede la mentira, todo esto lo puede la mentira, todo esto lo puede la mentira...

 

V. Honorables Psiquiatras (parte 1)
Me disculparán los honorables psiquiatras, pero el señor Foucault tiene algunas cosas que decir... "(...) Pero no es seguro que la locura haya esperado, recogida en su identidad inmóvil, al gran logro de la psiquiatría, para pasar de una existencia oscura a la luz de la verdad. No es seguro, por otra parte, que fuese a la locura, ni aun implícitamente, a la que enfocaban las medidas del internamiento. No es seguro, finalmente, que al hacer nuevamente, en el umbral de la época clásica, el antiquísimo gesto de la segregación, el mundo moderno haya deseado eliminar a aquellos que —sea mutación espontánea, sea variedad de especie— se manifestaban como "asociales". Que en los internados del siglo XVIII podamos encontrar una similitud con nuestro personaje contemporáneo del asocial es un hecho, pero que probablemente no sea más que un resultado, pues ese personaje ha sido conjurado por el gesto misino de la segregación. Ha llegado el día en que este hombre, partido de todos los países de Europa hacia un mismo exilio, a mediados del siglo XVII, ha sido reconocido como un extraño a la sociedad que lo había expulsado, irreductible a sus exigencias; entonces, para la mayor comodidad de nuestro espíritu, se ha convertido en el candidato indiferenciado a todas las prisiones, a todos los asilos, a todos los castigos. No es, en realidad, más que el esquema de exclusiones sobrepuestas (...)"
“La locura no se puede encontrar en estado salvaje. La locura no existe sino en una sociedad, ella no existe por fuera de las formas de la sensibilidad que la aíslan y de las formas de repulsión que la excluyen o la capturan” "La verdadera razón no está libre de todo compromiso con la locura; por el contrario, debe seguir los caminos que ésta le señala" "El lenguaje de la psiquiatría es un monólogo de la razón sobre la locura" "En cuanto al poder disciplinario, se ejerce haciéndose invisible; en cambio impone a aquellos a quienes somete un principio de visibilidad obligatorio" "Las cárceles, los hospitales y las escuelas presentan similitudes porque sirven para la intención primera de la civilización: la coacción"
Extractos de "Historia de la Locura en la época clásica"


VI. Honorables Psiquiatras (parte 2)
Me disculparán los honorables psiquiatras, pero el señor Artaud tiene algunas cosas que decir...
"(...) Es así como una sociedad estropeada inventó la psiquiatría para protegerse de las indagaciones de algunos iluminados superiores cuyas facultades de profecía les resultaban molestas. Gerard de Nerval estaba loco, pero lo acusaron de estarlo con la intención de desacreditarlo sobre ciertas revelaciones fundamentales que estaba por hacer, y una noche, además de acusarlo, lo golpearon en la cabeza golpeado en la cabeza realmente para que olvidara los monstruosos hechos que iba a revelar y que, a consecuencia del golpe, pasaron en su interior al terreno de lo supranatural; porque toda la sociedad, confabulaba tácitamente contra su conciencia (...)" de "Van Gogh o el suicidado por la sociedad"
"(...) Que se sepa que no creo en el pecado católico, pero sí creo en el crimen erótico del que precisamente se han abstenido todos los genios de la tierra, los verdaderos alienados de los asilos, o, en caso de no ser así, es porque no eran …verdaderamente… alienados. ¿Y qué es un verdadero alienado? Es un hombre que elige volverse loco, en el sentido en que se usa socialmente la palabra, antes que traicionar un pensamiento superior de la dignidad humana. Por ese motivo, la sociedad se sirve de los asilos para amordazar a todos aquéllos de los que quiere deshacerse o defenderse, por
haberse negado a convertirse en cómplices de las más grandes porquerías. Ya que un alienado, en realidad, es un hombre a quien la sociedad no quiere escuchar, y quiere evitar que manifieste determinadas verdades intolerables. Más allá de las mínimas hechicerías de los brujos de pueblo, están los importantes pases de magia colectiva en la que interviene periódicamente toda la conciencia en estado de alerta. Es algo que puede suceder durante el día, pero comúnmente sucede de noche. Es así como fuerzas siniestras son erigidas y llevadas a la bóveda astral, esa especia de cúpula umbrosa que, superponiéndose a la respiración humana general, configura la ponzoñosa hostilidad del espíritu maléfico de la mayoría de la gente. Es así como las pocas y bien orientadas voluntades lúcidas que han tenido que pelear en la tierra, en ciertas horas del día o de la noche se ven a sí mismas sumidas hondamente en estados de auténtica pesadilla en vela, cercadas por la extraordinaria succión, de la extraordinaria opresión tentacular de una especie de magia cívica que no demorará en presentarse explícitamente en las costumbres.
Extractos de "Cuadernos de Rodez" de Antonin Artaud


VII Stella

Mándame tu carne que se hace en mi carne, oh Stella madre sideral, te escucho desde mis adentros como la voz que nunca tuve, alelíes o pájaros?, colibríes. Me hago parte de la naturaleza, pero ella se hace parte de mi?, no lo sé, ha ratos creo que si, que la salviente ola de mar hace efervescencia sagrada eso esperando mi regreso que nunca tuve y que siempre ha sido. Una vida que se pierde como podría ser entre la furia social de los ciudadanos y los políticos ineptos fue llaga que se me hace sangrante a cada año y que se renueva a sí misma como carnet de automóvil. Los signos se preceden son y además tengo sueños premonitorios, los magos se hacen de una escarcha como cualquier materia podría ser, alfareros, barro entre las manos, luces de las calles anodinas que duermen atónitas. Los amigos vuelven me digo a mí mismo y con cierta alegría me recuerdan quien soy y quien fui y quien seré, aunque el futuro es cosa movediza, sin punto fijo.
Quisiera ser una vuelo nocturno como este que estoy haciendo ahora y sobrevolar las conciencias durmientes y muy despiertas. La música prístina del silencio, a pesar de los sonidos de los pájaros del amanecer. ¿Nos encontraremos más en los sueños que en el ajedrez de la palabra? ¿Seremos más espirituales en la hora en que todos cantaban mudos? Cada hora prepara la siguiente sin descanso y después de las 7 horas sale el sol y nos llena de nueva alegría. ¿De qué sirve todo esto, meras marionetas jugándose el todo por el todo en la máquina del tiempo? Ese es el misterio invocado y lo será siempre y siempre se llenará de la belleza de los cantos mudos y de las risas en silencio. Debo dormir pero no podré, la hora es demasiado imponente y debo escribir estas letras.


VIII. Carta al Auditor
La Música es una forma de Poesía, que también existe en el plano material. Se encuentra uno con ella todos los días, si se está abierto y atento. La Música, entonces, es el universo desplegado en sus múltiples formas, el sentido, una gran Música donde todo sucede, donde todo está sucediendo.
Una palabra es un sonido, una vibración, un objeto sonoro: tiene forma, peso, contextura. Y como un objeto, es arrojada al espacio. Y en el espacio tendrá una resonancia insospechada. Con una palabra podemos hacer proliferar la esencia de una persona, como también podemos hacerla decaer. Es por eso que debemos cuidar de nuestras palabras.
Refinando nuestra existencia podemos avanzar hacia una bella Música. Nuestra energía y presencia vibran en el espacio, la palabra-sonido-imagen se construye en el lenguaje. Se manifiesta en la mente, como pensamiento, como también en el sonido, en la palabra. Ambas expresiones afectan al ser humano y su devenir en la vida.


"El cuerpo sabe cosas sobre las cuales la mente es ignorante" (Jacques Lecoq).


Cuando la predeterminación alcanza a la palabra y se transforma en un discurso ensayado, es entonces el silencio y el cuerpo que contradicen la
manipulación de las ideas. Es por eso que debemos observar y cuidar de nuestros cuerpos.
La energía que transita por la mente toma la forma del lenguaje, en el idioma que sea.
Sin embargo, esta energía es un flujo colectivo, por lo tanto, no todos los pensamientos que transitan por tu propia mente son tuyos. La manera de distinguirlos es bien simple: los que te hacen bien y te ayudan a encontrar paz, pertenecen a tu naturaleza, los otros solamente hay que observarlos transitar, evitando que una emoción momentánea se una a éstos y de esta manera puedan tomar un cierto poder sobre tu persona.


"Nos equivocamos al decir: yo pienso: deberíamos decir me piensan. — Perdón por el juego de palabras. YO ES OTRO" (Rimbaud).


Es vital aprender a movernos dentro de la plasticidad del lenguaje de manera no violenta. No violenta con nosotros mismos, no violenta con otros, y no violenta, sobre todo hoy en día, con la Madre Naturaleza. Esto deviene en la construcción de una realidad individual que nos hace plenos, ya que nos construimos en torno a lo que queremos conservar, convirtiéndose aquello en un centro de gravedad, tomando cada cosa su lugar de manera natural. Y esta acción se torna positiva, ya que naturalmente ayuda a liberar y expandir la consciencia en nuestro entorno, en los demás miembros de la comunidad, del planeta.
En cuanto gran armonía, el quehacer humano está contextualizado dentro de ella. Un hacer en armonía con la gran Música deviene en una continuidad con un movimiento mayor a nosotros mismos. Flotamos en la conciencia y somos livianos cuando nos reconocemos en ella.
Existe un espacio imaginario, que es el conjunto de supuestos sobre los que se construye la sociedad humana. La manera de expandir este espacio imaginario es, irónicamente, la imaginación. La imaginación como músculo, como movimiento, como flujo.
A través de la creatividad, que toma infinitas formas, podemos expandir este espacio imaginario y al mismo tiempo recordarle al resto de la sociedad los valores inmortales del ser humano: el Amor y la luz que este propaga de diversas maneras, valores que el mismo ser humano, en un debate inmemorial entre la luz y la ausencia de luz, pone en juego cada día.
De esta manera un trabajo creativo actúa como oxígeno para la humanidad. Usando herramientas simples es posible comunicar mensajes llenos de verdad, reflejando así lucidez y fortaleza.


"La fuerza del contenido se sobrepone a la humildad de la forma" (Confucio)


No necesitamos de mucho dinero para realizar algo significativo, pues lo importante es, a la larga y a la próxima, cuidar de unos fuegos, algo así como los templos del alma humana... gran misión en nuestros tiempos.
Todas las Artes, son, de manera natural, expresiones políticas, sociales, intelectuales, materiales e inmateriales y sobre todo y en esencia, Poéticas. Una expresión humana y creativa contiene música, imágenes visuales, historias, personajes, letra, canto y trazos. En la concentración en lo pequeño se abre la amplitud del Universo, complejo, caótico, y al mismo tiempo, de una simplicidad enorme.
La historia de la creatividad se constituye entonces en la historia de las personas que a través de la imaginación han expandido los supuestos sobre los que se construye la sociedad entera.
La realidad, entonces, es dibujada por el ser humano.
Ya es momento que dejemos que la natural tendencia al equilibrio ordene toda confusión, permitiendo así que el Amor se manifieste en su completitud. La Buena Música del Silencio, quizás, nos permita escuchar el sonido primordial del Universo...

XIX. Un Inicio constante…

Quizá, como una canción, esta carta al lector letra y melodía tendría, sin embargo la muestro simple y sin desvarío, compás o líneas y armonías. De ellas he hecho mi vida, aunque debo decir, otras aventuras también llenaron el espacio de mis pulmones, en escenarios y viajes, en otras palabras, en búsquedas interminables…

¿y es que alguna vez existió el fin, en algún lugar de este mundo embellecido por su eterno nacimiento o por una luciérnaga que es el alma de todas las cosas, que da vueltas iluminando cada historia y cada canto?.

De un tiempo a esta parte comienza el eterno inicio y yo lo observo a los ojos, me preparo para entrar en esa eternidad constante que es la vida misma y que nos muestra el camino indicado, cada vez, a cada momento.

De mi paso por esta tierra puedo decir tanto y a la vez nada absolutamente nada, y así sigo adelante, invisible y caminante.

Me he enamorado tantas veces, de lo de aquí y de lo de allá y canto en seis cuerdas, de esas cuerdas también me enamoré. He recorrido mentes como ríos en la sangre que guardan algunos libros, llenos de palabras o notas entrelazadas.

A los 25 años de edad me internaron en un hospital psiquiátrico, luego de eso mi carta de tarot se dio una vuelta, y las cosas, como un espejo invertido y andante, comenzaron a cantar.

Mi vida, entonces, es una especie de canto o sinfonía, de madrugada, tarde y noche, quizá para llenar estas letras de esa música que está escrita en mi alma que parte y regresa en la sangre que recorre mi cuerpo y mi corazón caminante.

Amigos y amigas he tenido, buenas y comprensivas, de este corazón que me tocó, algo sufriente, algo perdido, algo intempestivo, guitarrista y compositor, actor y poeta. Con ellos he pasado momentos llenos de una gloria parecida a los pistilos de las flores pequeñas, casi invisibles.

Y sí, estoy vivo, en este escenario prestado por un tiempo imposible de medir en su total magnitud (me repito a mí mismo, como buen soliloquio) y lo estoy a plena conciencia, así, claramente, con lágrimas y risas, con vuelos altos y planeos a escasa altura.

De mi estela nacen sonidos, escenarios y palabras, ellos pueden llenar el espacio de mi vacío constante, no ha sido otro el sentido de mi vida, he sido invisible como toda buena marioneta movida por hilos también invisibles.

Creo no haber tenido nunca ni padre ni madre, ni superiores ni inferiores, ni maestros ni pseudo iluminados. Simple fui buscando por allí y por acá, como un animal cuidado por la mano de lo divino.

A veces destrozado por la violencia que como torbellino me tomó y me dejó tirado a un costado de un camino algo perdido, y en otros momentos elevado junto a los seres celestiales, iluminados reales algunos, poetas otros.

Fui viejo siendo muy joven y pequeño e inmenso a la vez frente a la luz de esta tierra, madre eterna, a la cual vuelvo como un niño de pecho, cada mañana, cada despertar.

De las vicisitudes del mundo humano no diré mucho, no componen sino pequeñas notas de paso, anécdotas dentro de lo profundo de nuestros cuerpos.

Una alegoría cubre mi canto, para hacer de él mil significados.

A ratos me duelen los ojos, tanto han recorrido, de un lado al otro, que ya no sé si es dolor o cansancio lo que en realidad me han contado, sangre, sudor y lágrimas de sus pupilas han brotado.

Mi vida es como un tema con variaciones o una sonata de piano con 3 movimientos consonantes y disonantes.

Cada cual tiene su momento, en este piececito de cueca absurda, como el viento y sus destinos, como el tiempo y sus movimientos, eternos, fugazes, inalcansables...

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